LA VIDA DEL ESTUDIANTE.
A menudo, los adultos dicen que no hay nada como la vida del estudiante, tan cómoda y fácil. Dicen que el trabajo sí que es duro, estar esclavizado, aguantar al jefe, problemas…sobre todo, los que realizan trabajos físicos duros. Procuran y les hacen ver a sus hijos que estudien para obtener un mejor y provechoso futuro, pero nuestra vida de estudiante no es tan fácil como parece.
Cuando desempeñas una jornada laboral, cumples con tu jornada diaria y tienes tu salario por ello, sales de tu trabajo y te olvidas…..Claro no en todos, puesto que en algunas profesiones, la continua preparación para poder estar a la altura del puesto que desempeñes, te exige tiempo fuera de tu trabajo. Pero por lo general, te puedes tomar tu buen descanso o dedicarte a tu vida social y de ocio.
Sin embargo, cuando eres estudiante, pasas tus horas reglamentarias en el centro docente y cuando llegas a casa sigues “jornada continua”, con un montón de deberes y estudiando para los exámenes. Todo este esfuerzo sin ninguna recompensa a cambio y lo peor de todo es que, ¿dónde está nuestro tiempo libre para realizar alguna actividad de deporte o de ocio?
La única y buena ventaja de la que disfrutamos es que tenemos más vacaciones que nadie. Lo que ocurre en ocasiones es que, exceptuando las de verano que son las más largas y aprovechadas, también en ciertos periodos vacacionales (puentes, Semana Santa o Navidades), tenemos alguna que otra tarea, no podemos desconectar totalmente del mundo estudiantil. Yo, como estudiante, suelo comparar nuestra vida con la de las amas de casa, trabajas sin horario limitado y sin remuneración ninguna y encima sin nadie que lo valore, puesto que nadie te paga por ello. Siempre oyes lo fácil y cómoda que es esta situación pero yo también pienso que quien lo diga es porque nunca ha estudiado o lo ha hecho pero sin sacrificarse lo suficiente…Pero ese es otro tema.
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