Feria de Abril de Sevilla
La Feria de Abril de Sevilla comienza la noche del "alumbrao", que es la inaguración oficial con el encendido de las luces del recinto ferial y finaliza la medianoche del domingo siguiente, que termina con un gran espectáculo de fuegos artificiales junto al río Guadalquivir. Esta Feria se puede considerar como una pequeña y engalanada ciudad efímera llena de casetas y con calles con nombres de famosos toreros. Todos los años se instala en la entrada del recinto una monumental portada llena de luces y mucho colorido. La Feria es iluminada con millares de bombillas a lo largo de sus calles y sus casetas. El suelo de las calles está recubierto de albero (tierra de color amarillento utilizada tradicionalmente en los jardines y plazas de toros). Es la feria más conocida e importante además de la más visitada, de todas las que se celebran en Andalucía. Todas las sevillanas se visten con sus mejores vestidos de volantes y los jinetes pasean orgullosos sobre sus caballos mientras que en las casetas la música suena acompañada de palmas. Se nota que la ciudad está de juerga.
Los orígenes de la feria de abril parten de la propuesta el 25 de agosto de 1846 de dos empresarios asentados en la ciudad pidiendo que le autorizaran para los días 19, 20 y 21 de abril celebrar una fiesta anual. Contemplaron que esta propuesta era buena y que además estaba secundada por numerosos ganaderos y agricultores, y es ahí cuando comienza la primera Feria de Abril sevillana. Visto el éxito que tuvo en sus primeras vísperas, el Ayuntamiento se vio obligado a ampliar el lugar de su celebración y la publicidad del evento. Con el transcurso de los años, familias y algunas instituciones quisieron disfrutar más tiempo de ese espacio, eso hizo que el número de casetas fuese en aumento, cada cual era adornada a su antojo quedando todo muy pintoresco.
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